Gestionar la incertidumbre
Un artículo de Rafa G. Blanes
Los programadores por naturaleza afrontamos muy mal aquellas tareas que más nos cuestan y casi siempre comenzamos por las que más nos gustan o aquellas que más nos apetecen en el momento, esto es así porque tenemos la opción de elegir qué hacer de entre todo el trabajo que tenemos por delante.
Un desarrollador neófito o júnior comienza siempre por lo divertido, mientras que un programador profesional elige siempre en primer lugar lo más difícil o aquello que le causa especial incertidumbre. Las consecuencias de esta elección son evidentes.
El primero comienza el trabajo divirtiéndose en aquello que más le apetece, pero sin darse cuenta de que va a ir acumulando tareas y problemas para más adelante sin sospechar que estos siempre van en aumento: al final se verá agobiado y lo que es más difícil de resolver terminará por hacerlo rápido (y seguramente mal).
No obstante, el profesional sabe que esto es así, de modo que lo primero que evita es que los problemas se acumulen a medida que se termina el tiempo estimado para realizar el trabajo: por esa razón afronta siempre lo más difícil o aquello que aún no sabe bien cómo resolver al principio del sprint o la fase de trabajo.
Esta es una cualidad más del desarrollador profesional: la experiencia le ha mostrado que nunca es buena idea dejar para el final la incertidumbre; si esta se elimina justo al principio se afrontarán el resto de tareas de una manera mucho más tranquila y relajada, estados mentales imprescindibles para realizar un desarrollo de calidad.
Por lo menos a mí me pasa, no puedo trabajar con un mínimo de tranquilidad si tengo ese ronroneo mental continuo con aquello que aún no sé cómo hacer o esa otra parte del trabajo que todavía no tengo ni idea de cómo voy a resolver.
"Un buen desarrollador siempre busca trabajar con tranquilidad; para ello, la incertidumbre hay que eliminarla al comienzo, no dejarla para el final"