Software quality¿Qué es lo que distingue un buen profesional de una persona que se gana la vida con aquello que le ordenan hacer?. Llevo mucho tiempo preguntándome qué es lo que realmente distingue a alguien por el que las compañías se pelearían en conseguir de aquellos que nada más entregar un currículum, éste va a parar a una enorme y creciente pila. Me temo que queda muy atrás el tiempo en que bastaba con decir tu título o profesión para convertirte en candidato: los paradigmas laborales están cambiando más rápidamente de lo que nos estamos dando cuenta.

No obstante, podemos esbozar un enorme y relevante corolario de logros en nuestra pasada vida laboral, mientras que sólo podemos ser verdaderamente profesionales en aquello que hacemos en el día a día.

Programadores, desarrolladores de software, aquellos en general que trabajan creando nuevas soluciones, sólo pueden prosperar de un modo, ni títulos, ni el soporte de grandes compañías en las que uno ha trabajado y nada de todo esto: somos profesionales cuando somos capaces de realizar un trabajo igualmente profesional.

Esto no es ninguna novedad, claro está, pero lejos de una actitud complaciente y egocéntrica que nos hace considerar todo lo que hacemos como lo mejor, tenemos que reconocer una cosa: hacer un trabajo pro requiere de una disciplina diaria que no tiene todo el mundo.

Me he encontrado en muchas ocasiones en la tesitura de tener que corregir detalles y bugs de compañeros, lo cual no está mal y forma parte de nuestro trabajo. Sorprende cuántas veces he descubierto cosas que manifiestamente se podrían haber hecho mucho mejor exactamente con el mismo esfuerzo.

Si cuesta el mismo trabajo hacer una cosa regular y hacerla de manera excelente, ¿por qué elegir la primera?. En muchos casos es sencillamente por pura pereza; en otros por que para exigirnos un nivel de excelencia en todo lo que hacemos se tienen que dar una serie de condiciones en el contexto en el que trabajamos.

No termino de entender cómo sabiendo hacer algo muy bien, por qué lo dejamos con un nivel de calidad pésimo si además nos cuesta el mismo esfuerzo. Un profesional esto lo tiene muy claro y es que la única métrica por la que se nos puede medir y valorar no es otra que la calidad del trabajo realizado. No hay más.

En el lugar donde trabajo llegan frecuentemente currículums y me sorprende que la mayoría de la gente no pone en valor la calidad de los trabajos realizados: casi siempre se ensalza el dominio de tal y cual tecnología, el haber trabajado en la renombrada empresa X, cuando en realidad lo que a un responsable de recursos humanos (o al menos es lo que yo mismo aplico) le gustaría ver algo como "Desarrollo de la aplicación tal actualmente en producción con tantos usuarios", "módulo X compartido en Github con tantos usuarios", etc. etc.

No somos profesionales por lo que decimos y ni siquiera por dónde trabajamos, sino por la calidad de lo que hacemos.

Lo sorprendente es que esta calidad en muchas ocasiones se consigue sencillamente eligiendo correctamene, a pequeños pasos y creando el hábito de hacer las cosas bien, obviando la pereza de terminar de cualquier forma, sin darnos cuenta de que así vamos dejando piedras que tarde o temprano se desmoronarán encima nuestra. No necesitamos participar en grandes y subvencionados programas de I+D para realizar cosas fantásticas (...): la mejor innovación se puede hacer cualquier día en el trabajo que estamos realizando. Si conseguimos como hábito que la excelencia sea la base de todo lo que realizamos, será entonces cuando irán surgiendo nuevas ideas, oportunidades de éxito y posibilidades para mejorar nuestra carrera profesional. Hacer, por lo contrario, un trabajo cutre, posiblemente nos permitirá pagar algunas facturas más, pero irá menoscabando nuestras oportunidades tarde o temprano.

Si aquello en lo que estoy enfrascado ahora mismo lo puedo hacerlo mejor, ¿por qué no hacerlo?. Un profesional se labra con el trabajo diario de muchos años.

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